Poco visible es en general el trabajo realizado por las bibliotecas, las cuales suman decididamente a la educación y el desarrollo de nuestras comunidades. Creada en 1935, la Biblioteca Popular J. B. Alberdi tiene casi 40 mil libros, 850 socios y ofrece múltiples actividades al barrio.
Ajedrez, tejido, guitarra, teatro, pintura e informática son algunos de los talleres que ofrece la reconocida institución que el 25 de mayo cumplirá 72 años. Estuvimos en la zona norte de Rosario, precisamente en Zelaya 2089 visitando la Biblioteca Popular Juan Bautista Alberdi, en la vereda un pizarrón anuncia que en abril arrancarán las actividades programadas para el año. A pasos de la entrada y repleto de colores está “el rincón infantil”, un espacio donde los más chiquitos pueden jugar, leer, pintar y sentirse bien; y esa es la sensación al entrar, calidez y comodidad. Con Susana y Nelly recorrimos las instalaciones y volvimos atrás el almanaque, enterándonos cómo nació y fue creciendo la institución.
La Alberdi hoy cuenta con casi 40 mil libros, una sala de lectura, otra de conferencias, una micro biblioteca digital con un programa para personas con dificultades de lectura y están conformando una hemeroteca. La organización de alcance popular se alzó a mediados de la década del ’30 por iniciativa de un grupo de vecinos. Desde abajo, impulsada por gente emprendedora de la Vecinal Alberdi fue conformándose esta biblioteca del barrio y para la comunidad. Primero funcionó en una pequeña habitación alquilada en Freire al 700, más adelante, compraron a través de un crédito, la propiedad actual donde trabajan desde 1980.
Susana recién había terminado el secundario, necesitaba trabajar y la mano estaba difícil. Una tarde acompañó a su hermana a devolver un libro a la biblioteca, ahí escuchó que necesitaban a alguien para trabajar y sin dudarlo se ofreció. “Pasaron 17 años desde que empecé y hace un tiempo me recibí de bibliotecaria”, rememora y nos lleva a conocer “su segunda casa”. Por su parte Nelly comenta: “Me vine a vivir a Alberdi en el año 1969, enseguida me hice socia, me gustaba tanto que ni bien salía del trabajo venía volando para acá. Me incorporé a la Comisión en el ’72”. Y continúa, “me gusta esa tarea oculta que se hace desde la biblioteca, es un trabajo que no tiene demasiada divulgación”.
Con más de 70 años de trabajo, la entidad es una referencia importante en toda la zona. Hace poco se acercó a la biblioteca el escritor Julio Imberz quien hoy vive en Buenos Aires y pasó su infancia en el barrio, “de chico consultaba la biblioteca, ahora nos vino a visitar y quiere donarnos parte de la suya”, detalla Susana.
Mimar a los socios
Llama la atención la variedad y cantidad de títulos que tienen a disposición de los lectores. Hay libros de textos primarios, secundarios, universitarios y novelas. “Mucha gente dice encontrar acá libros que no estaban en la Biblioteca Argentina. Es que en las grandes bibliotecas da la sensación de estar perdido”, opina Susana. “Acá los acompañamos y asesoramos, si no los precisan rápido se los buscamos para el día siguiente”. Dentro del servicio que ofrecen a la comunidad tienen una lista de espera con los libros más pedidos y van llamando por teléfono a los socios ni bien están disponibles. Tienen 850 socios que aportan cuatro pesos por mes. Además, máquinas con internet al público y fotocopiadora.
Vinculaciones
Muchos estudiantes secundarios conocen la biblioteca por medio de las pasantías que allí realizan. “Nos dan una mano importante en el trabajo de todos los días, muchos me preguntan de la carrera de bibliotecología”, dice Susana. “Este año tendremos diez chicos de la escuela San Luis que fueron becados por la Colectividad italiana. La entidad los hará socios de la biblioteca así ellos pueden venir y consultar abiertamente los materiales”.
Con escuelas de la zona durante algunos años han organizado la conmemoración de distintas fechas en la plaza Alberdi. El día de la tradición, el día de Alberdi (29 de agosto), día del niño, entre otras.
Mano a mano
Desde el principio consideraron importante la relación con instituciones vecinas y bibliotecas colegas. “Participamos todos los meses de reuniones informativas, capacitaciones en administración de bibliotecas, gestión de fondos. Los encuentros abarcan a las bibliotecas por zonazs. Hay 5 núcleos en la provincia, uno al norte en la zona de Umberto Primo, otro en San Jorge, en Firmat, Cañada de Gómez y otro acá en Rosario”, cuenta Nelly. Como institución forman parte de la Federación que a su vez organiza encuentros provinciales y agrupa cerca de 200 bibliotecas; y en el marco nacional de la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares). “Entre las bibliotecas populares es muy lindo el vínculo. Después de la pedrada de noviembre pasado nos estuvimos apoyando para con las bibliotecas que quedaron destrozadas”, explican.
Los clásicos Té-vecinales
Anualmente la Comisión organiza diversas reuniones que ya son un clásico en el barrio, “el 25 de mayo hacemos el Té aniversario, el 20 de julio el chocolate de la amistad, el 21 de septiembre el encuentro de la primavera”. Algunos vecinos ya están preguntando por la realización de las mismas. “¿Falta mucho?, ¿Cuándo nos juntamos?”, preguntan ansiosos.
Contactos:
bibliotecaalberdi@hotmail.com
TE: 0341 – 4530507
La palabra
En la selva del alto Paraná, un camionero me advirtió que tuviera cuidado: Ojo con los salvajes –me dijo-. Todavía andan algunos sueltos por aquí. Por suerte quedan pocos. Ya los están encerrando en el zoológico. Él me lo dijo en idioma castellano. Pero no era su lengua de cada día. El camionero hablaba en guaraní, en la lengua de esos salvajes que él temía y despreciaba. Cosa rara: el Paraguay habla el idioma de los vencidos. Y cosa más rara todavía: los vencidos creen, siguen creyendo que la palabra es sagrada. La palabra mentida insulta lo que nombra, pero la palabra verdadera revela el alma de cada cosa. Creen los vencidos que el alma vive en las palabras que la dicen. Si te doy mi palabra, me doy. La lengua no es un basurero. (Eduardo Galeano, del libro Bocas del tiempo)