En el marco del Encuentro Interterritorial de Jóvenes en Lucha –realizado el día jueves y viernes en Jáchal- vecinx, activistas y jóvenes de diferentes territorios decidieron llevar adelante un nuevo corte de ruta selectivo en el acceso a la Mina Veladero, a 4 kilómetros del KM 0, el camino privado que conduce a la mina.
La acción se decidió en asamblea: “estamos artxs de esperar durante años las respuestas de un Estado que solo ha respondido con persecución y represión ante las exigencias de la población, defendiendo, como siempre los intereses económicos de los poderosos y sus multinacionales; se tomo la decisión de darle la espalda y realizar una acción directa, poniendo nuestros cuerpos al frente, entendiendo que es la única que nos queda para lograr que estos genocidas abandonen nuestros territorios”, difundieron en comunicado en el día de la fecha, sábado 17 de diciembre.
En la zona de la Pre Cordillera, un grupo de 40 jóvenes se encuentran bloqueando el camino que conduce a Veladero, proyecto minero de la Barrick Gold, impidiendo el paso de cualquier tipo de transporte que se dirija a la mina. “Ya no queda más tiempo”, señalan. “Hasta acá llegamos, este es nuestro punto de partida, hacia adelante, porque solo los pueblos envenenados saben lo que es el miedo a levantarse cada mañana y no saber si el agua que sale de las canillas nos está matando lentamente, solo a eso le tememos”.
La acción directa responde a una larga lucha que tiene como epicentro la formación de una asamblea y acampe de vecinos en Jáchal. Una lucha cuerpo a cuerpo en defensa del agua y la vida misma que lleva más de un año. Pero también, implica entender que la contaminación y el impacto de la megaminería trasciende a la propia localidad de Jáchal. Se trata de un modelo extractivo y nocivo para la salud de poblaciones enteras.
No fueron solo uno los derrames de cianuro que la Barrick volcó al río Jáchal, contaminando también el agua de otros ríos de al menos 5 provincias argentinas. El más recordado ocurrió en el año 2015. “El domingo 13 de septiembre los habitantes del poblado comenzaron a recibir mensajes por Watsap, donde se les informaba que había ocurrido un accidente en la empresa Barrick Gold, por el cual se había producido la rotura de una válvula que es parte de un caño que traslada agua cianurada al llamado valle de lixiviación, parte del proceso de explotación de oro de la mina Veladero”, resume el artículo publicado por Melina Argento, integrante de la Editorial Ultimo Recurso de Rosario. Pedidos de informes, realización de estudios y peritajes fue lo que los vecinos exigieron al gobierno provincial en ese momento. En concreto, “se habrían vertido 224 metros cúbicos (224 mil litros) de solución cianurada por el lapso de 1 hora y 45 minutos, tiempo en el cual se identificó el derrame y se cerró la compuerta del canal norte, que es el que conduce el agua a un sistema de piletas más abajo y termina en el río Potrerillos, uno de los afluentes de la cuenca del río Jáchal.”
Un año despues, se conoce un nuevo accidente en la mina. Según el comunicado oficial de la multinacional “no hubo contacto con ningún curso de agua ni con canales de desvío” y que “por las características del incidente no hubo amenazas para la salud de los trabajadores, las comunidades, o del medioambiente”. Pero los vecinos de Jáchal saben y conocen lo que significa el riesgo. El veneno corre por las aguas del río y del agua que toman cada día. El grito es claro y contundente: cierre, remediación y prohibición de la megaminería.
En el mes de octubre, integrantes de la Asamblea dieron a conocer los resultados de los análisis de agua realizados por la Universidad de Cuyo de Mendoza. Los mismos detectaron altos niveles de mercurio, plomo, arsénico, aluminio y Escherichia coli. Iván Balmaceda, de la Asamblea Ciudadana explica que los desechos que se desprenden del proceso de rocío que realiza la empresa sobre las rocas, son estos metales que se vuelcan en los «famosos incidentes», más conocidos como derrames.
A la fecha, 9 empleados de la Barrick Gold se encuentran procesados por la causa que investiga el derrame de miles de litros de agua cianurada en el 2015 pero ningún funcionario estatal ni directivo de la empresa se encuentra imputado.
En una nota publicada por Anred, Freddy Espejo, quien vive en Jáchal y trabajó durante 6 años en la empresa minera declaraba que el primer derrame de la Barrick data del año 2000. Casi como una voz en el desierto, denunciaba un desastre anunciado. “En aquel momento decían que era un loco resentido. Mi primera denuncia fue el derrame de cianuro sobre el Río Blanco, que en realidad es el Río Jáchal. El primer derrame fue hace mucho, allá por el año 2000, y uno de los primeros síntomas que ya empezamos a percibir dentro del departamento, tanto de Iglesia como en el de Jáchal, fue que no resultó creíble la información en aquel momento y por esa razón tuve que acudir a Capital Federal, a algunos medios nacionales, para que se hicieran eco de esto. Me apena muchísimo decir ahora que esto en algún momento iba a pasar y ha pasado algo demasiado grave, porque se ha roto un caño, una válvula dicen ellos, que se les ha escapado de las manos y que no ha sido culpa de la empresa sino de la naturaleza porque han tenido un sismo de menor magnitud al de hoy (miércoles 16 de setiembre) y entonces se rompió la válvula, y además por el frío dicen que se rompió… Las informaciones que ellos nos dan no son creíbles dentro de la comunidad. El gobierno de la provincia dice que no hubo derrame, el gobierno municipal dice que está todo bien, que tomemos agua, pero ¿por qué el juez ordena que se reparta agua a los 21.000 habitantes de Jáchal y a los 8.000 de Iglesia?, eso es porque algo grave ha ocurrido con esto, de lo contrario no estarían repartiendo agua mineral”.
Freddy Espejo trabajó en Barrick Gold entre 1995 y 2001, año en que lo despidieron por denunciar contaminación, destaca la nota de Anred. Su testimonio es elocuente: “cuando la Barrick comienza a trabajar con piletones piloto, eran 10, 2 los hacían trabajar con agua y 8 con cianuro. En ese momento yo era supervisor de medio ambiente y detecté peces y sapos muertos sobre el Río Jáchal; pregunté qué era lo que estaba pasando y adujeron que ellos no sabían qué podía ser. Pregunté a los compañeros que estaban ahí y me dijeron que en esos piletones estaban trabajando con cianuro, haciendo pruebas piloto para ver la cantidad de oro cada un metro. Llevé a analizar a esos peces y entonces dije que eso que hacían en los piletones era lo que los estaba matando. La empresa siguió negándose a decirme lo que estaba pasando, en aquel momento no teníamos servicio de celulares, solamente teléfono, entonces me comuniqué a través de una carta con la gente de Greenpeace y ellos me dieron toda la información, fui a ver a un antiguo profesor de química que tenía que me explicó y con ese resultado fui a decirles que lo que estaba matando a los peces del Río Jáchal era el cianuro, y ahí comenzó una campaña hasta que me despidieron”.
Un anterior bloqueo a la mina ocurrió en el mes de octubre de 2015, poco tiempo después de conocerse el derrame. En ese entonces, la justicia había dictaminado una orden de desalojo que culminó con una feroz represión de Infantería contra más de 50 activistas que sostenían el corte en el camino a la mina en Tudcum, departamento de Iglesia.
El comunicado difundido hoy por un conjunto de militantes y jóvenes que participaron del Encuentro Interterritorial deja en claro que “este no es solo un problema de Jáchal e Iglesia, ni siquiera de San Juan, es una catástrofe terrible, que afecta a lo largo y ancho del territorio, no solo por el alcance de la contaminación, sino que de permitir que el estado y las multinacionales destruyan con esta magnitud, y continúen impunes, sería un antecedente terrible para las luchas del mundo, les daría entender a los poderosos, que tienen todo permitido”. El reclamo es concreto: el cierre definitivo de la mina, el avance en una investigación paralizada sobre el derrame ocurrido en el 2015 y además exigir respuestas al Estado en sus tres niveles: «A principio de año tuvimos la visita del Ministro Bergman donde se le pidió que haga cumplimiento de la Ley de Glaciares. Esta empresa está violando la ley de glaciares, están trabajando sobre los ríos y afluentes del agua que consumimos. Nuestro lema es el cierre del proyecto Veladero, la remediación del daño ambiental y la prohibición de cualquier proyecto megaminero en nuestros afluentes», sostiene Iván Balmaceda de la Asamblea de Jáchal en diálogo con La Retaguardia.
Desde el Asamblea Jáchal No se Toca se solidarizaron con el corte y exigen a los funcionarios que corresponda, “las garantías y derechos que le asisten a cada uno de los manifestantes, y hacemos responsables al gobierno provincial de San Juan y al gobierno nacional por la seguridad de quienes realizan el corte pacífico”.
Fuentes: Anred, Notas, La Vaca
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